Castañar de Ibor ocupa las tierras medias del Valle del río Ibor, cuando el desfiladero se abre posibilitando lugares idóneos para la vida. Flanqueado por dos enormes montañas con alturas que superan los 1200 metros y orientado al norte.
Pegando al río se van sucediendo formaciones geológicas de gran interés: grandes rañas con su clásica arena roja y cantos rodados, laberínticas calizas, que aparencen y desaparecen en floraciones de mayor o menor tamaño. Todas estas característica junto con la extraordinaria Cueva de Castañar hacen de este municipio un lugar ideal para comprender la historia geológica y disfrutar de las maravillas que la naturaleza realiza en escogidos lugares para recrear sus mas grandes caprichos
Como en todas estas sierras, la población estaba muy diseminada por el territorio; agrupada en clanes de treinta, cincuenta o mas personas. Se tienen constancia de al menos tres grupos mayores y otros tantos menones con un centro importante que ha ido cambiando a lo largo de los tiempos según la circunstancia que les toca vivir.
Pocos sitios pueden presumir del paraíso natural en que se convierte cada palmo de tierra; en superficie bosques de robles, castaños milenarios como el Calabazas, alcornocales sin fin y el manto verde de encinas, brezos, jaras. El sol apenas encuentra huecos donde tocar la tierra, la fecundidad es tan grande que en uno o dos años se pueden asilvestrar explotaciones si no defiendes el terreno con rozas y roturaciones contínuas.
La presencia del agua es constante por cualquiera de las torrenteras que bajan de las sierra. Aunque sus caudales no son importantes, si mantienen un mínimo durante todo el año. Abundan por lo tanto huertas familiares en las terrazas ganadas a la pendiente; sujetan un puñado de tierra que da excelentes productos.
La fauna está muy presente, abunda la caza mayor: ciervos, corzos y jabalíes, también las aves: de los grandes buitres a las rapaces mas exóticas. El río Ibor recrea el clásico ecosistema de ribera, con sus grandes bosques de alisos, chopos.. aguas cantarinas y finos peces junto a mamíferos tan poco frecuentes como la nutria.
Pero debajo de tierra guarda esencias únicas en todo el planeta; estampas irrepetibles que han dado a conocer las Cuevas de Castañar en todo el mundo. Pero también existe una intensa actividad minera que ha socavado las entrañas en busca de los minerales mas preciados.
La diversidad geológica es muy significante y siempre relacionada con la presencia de los humanos según atestiguan los grabados ruprestres realizados en la Mina de Ibor hace veinte o treinta mil años. Lo que en principio eran una oquedades naturales formadas por la circulación del agua, pasaría a ser lugar estancia por tribus antiguas y en épocas mas modenas tuvo un aprovechamiento minero.
Las cumbres son para los riscos de cuarcita que se elevan desafiante a los cielos, con sus cuevas, sus pinturas rupestres, sus casqueras como ríos de piedra que corren por sus vertiginosos e interminables barrancos.
Entre todos estos materiales se encuentran vetas metalíferas de las que se ha extraído oro, plata, plomo, mercurio, hierro entre los mas significativos.
En Castañar se ha trabajado debajo de tierra desde tiempos muy primitivos hasta la década de los sesenta.
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