Historia de Cañamero

Por Miguel Urbina Gomez

Cronológico indispensable

Aportado por Juan Gil Montes

Paleolítico:

Época de la piedra tallada, hace más de 6.000 años en cifras redondas. Cañamero como asentamiento humano no existía, pero su comarca era recorrida por pueblos nómadas dedicados a la caza de grandes herbívoros y a la recolección de frutos silvestres. Aparecen instrumentos líticos  del Pleistoceno Medio, datados en más de 150.000 años, en las Mesas de las Rañas y en las terrazas del Ruecas.

Neolítico:

Época de la piedra pulimentada, hace unos 5.000 o 4.000 años, el hombre conoce ya la agricultura y el pastoreo. En nuestra zona construye algunos dólmenes como el del Rosano, el de la Olivilla y el del cerro de la Barca en Valdecaballeros.
Calcolítico: Hace unos 3.500 años, la población aumenta y la comarca de las Villuercas se llena de asentamientos: Cerro del Castillo, el Espinillo, la Horca, etc. En el valle del Ruecas nos deja sus pinturas rupestres y sus grabados (cazoletas).

Edad del Bronce:

Hace más de 2.500 años, el hombre en nuestra comarca explota los yacimientos de estaño de Logrosan y los aluviones auríferos del Ruecas. Oculta el Tesoro de Berzocana y nos deja la escritura tartésica de los Lotes de la Colonia y la estela del guerrero de Solana de Cabañas.

Edad del Hierro:

Hace más de 2.000 años, las tribus célticas de los vettones se aposentan en la comarca, levantan murallas y fosos alrededor de sus poblados ubicados en los riberos del Almonte, del Ruecas y del Guadalupejo. Es un pueblo de ganaderos y guerreros, que aliados con sus vecinos los lusitanos luchan a las órdenes de Viriato contra los romanos.

Época Romana:

Alcanza  desde los tiempos de Viriato (139 a JC.) hasta hace unos 1.500 años. Los romanos  no llegan a colonizar plenamente nuestra comarca hasta el siglo IV d. JC., de cuya época son los innumerables vestigios arqueológicos de las explotaciones agrícolas que encontramos repartidos por toda la Colonia, las Víboras, los  Carrascales, la Dehesa Boyal, la Olivilla, etc .Por Puerto Llano pasaba una de las vías romanas que unían las ciudades de Mérida y Toledo, camino que perdurará durante toda la Edad Media con el nombre de “camino sevillano”.

En la plaza antigua del “pueblo de abajo” aparecieron tres aras funerarias, lo cual  podría indicar que el origen de nuestro pueblo debió comenzar en el siglo IV, alrededor de una villa romana que explotaba el rico valle del Vacianchas (Cañada de Santa Ana) y que sirvió, en sucesivas etapas, como núcleo de población aglutinante de lo que sería el futuro casco urbano de Cañamero. Según este testimonio arqueológico, los primeros cañameranos de los que tenemos noticias fueron EBURUS (nombre celta), hijo de AURIO, y su esposa SUCCESA enterrada junto a él, según reza una de las referidas lápidas sepulcrales depositada en el Museo Arqueológico de Cáceres.

Época Visigoda:

Comprende desde el siglo V hasta el siglo VIII de nuestra era. Algunas monedas tardorromanas de los emperadores Honorio y Arcadio, encontradas en el Castillo, pueden haber sido perdidas por los soldados que vigilaban  desde el fortín allí construido. Una hebilla liriforme de cinturón de la Olivilla, dos  jarros de cerámica de los Mártires, un cancel cilíndrico de mármol del Castillo y el sarcófago paleocristiano de mármol blanco de Berzocana, nos hablan  de un pasado hispanovisigodo de nuestras tierras villuerquinas.

Época Árabe:

En el año 713 los árabes conquistan Mérida y en su paso hacia Toledo se apoderan de nuestra comarca, la cual queda ocupada por las tribus bereberes de los Nafza, Miknasa y Hawara  procedentes del norte de Africa. Se construye el castillo de Cañamero, el poblado de los Castillejos, el del Cancho del Reloj, el de Terreros y el de Arbella que defendían la frontera con el reino de Toledo.

Reconquista :

En el año 1133 el rey Alfonso VII de Castilla  entró con su ejército en tierras de moros pasando por Puerto Rey, situado en la  “sierra de los puertos,” en dirección a Córdoba. Pero el regreso lo hizo desde Sevilla hasta Talavera, pasando por el Puerto de Cañamero (Puerto Llano), el estrecho de Peña Amarilla en Alía y el Puerto de San Vicente (“Puerto del Carvajal” en la Sierra de Altamira).

 En el año 1158

“fueron los de Ávila a tierra de moros, a Sevilla, e vencieron al Rey Aben Jacob, e mataron al Rey, fillo Dalgem, e al Rey Abengamar, Era MCXCVI”. La milicia concejil de Ávila, mandada por su alcalde Sancho Jiménez, hizo nada menos que veintiséis expediciones al territorio andaluz, a través del “camino sevillano” que atravesaba el río Tajo por el fuerte de Vascos y continuaba por el Puerto del Carvajal y el Puerto de Cañamero hacia las vegas del Guadiana.

 En  el  año 1218

el príncipe leonés Sancho Fernández, hijo del rey Fernando II de León y de  Dª Urraca López de Haro, abandona la corte y  se dirige a Toledo donde en 1220 recluta una hueste de unos cuarenta soldados para pasar a Sevilla, pues el rey de Marruecos “le avíe de dar grandes averes”. Por el camino se detuvieron en el “castiello ermo” de Cañamero, lugar fronterizo que fortificaron, tomándolo como base de operaciones y desde donde saquearon toda la comarca haciendo “mucho mal  a moros, e a christianos”.

En el año 1222

el noble castellano Alfonso Téllez de Meneses poseía el castillo de Cañamero que fue repoblado, junto con el castillo de Muro, para defender la frontera toledana del valle del Guadiana. Al sur de este río los musulmanes mantuvieron unos años más sus dominios hasta que fueron expulsados por Fernando III y las Ordenes Militares.

En el año 1232

es conquistada la ciudad de Trujillo y posteriormente,  por privilegio real , el Concejo trujillano  extiende su jurisdicción territorial de realengo hasta el castillo de Cañamero y su término; quedando Muro, Cíjara, Peña y Alcocér en manos del Concejo de Toledo. A partir de estas fechas se producen los primeros asentamientos dispersos de colonizadores cristianos y judíos procedentes del reino de Castilla. El lugar de Cañamero se reagrupa debajo de su castillo; sus escasos moradores cultivan lino y cáñamo en los ricos huertos regados por las aguas del “chorro gordo” y “la zarzosa,” pues el  territorio mas alejado de las dehesas quedó en posesión de los nobles caballeros que intervinieron en la conquista de Trujillo.

En el año 1268,

reinando Alfonso X el Sabio, se deslinda  en un documento y sobre el terreno el término de Trujillo del de Talavera de la Reina. La línea  divisoria pasa por Cogolludo, la Raña Alcornocosa, el Puerto Llano, Valtravieso, y la Brama. No se menciona  a la ermita de Guadalupe cuya imagen será descubierta poco tiempo después y  muy cerca de esta misma divisoria de términos.

En el año 1337,

el rey Alfonso XI que cazaba osos por las Villuercas, manda dar al Monasterio de Guadalupe media legua de terreno en su alrededor, tomándola de los  pertenecientes a las aldeas de Alía y de Cañamero.

En el año 1353

se deslinda y amojona el Éjido de Cañamero dentro del término de Trujillo y se determina la forma de su aprovechamiento.

En el año 1415

el dominico San Vicente Ferrer predica en Cañamero para conseguir la conversión de los judíos y moriscos que habitaban “algunas caserías divididas, todos hortelanos y labradores”. San Vicente los reúne con los cristianos de la “aldea vieja” y levantan la iglesia parroquial consagrada a Santo Domingo de Guzmán, cerca de la cual se formará el futuro “barrio nuevo”.

En el año 1457

el rey Enrique IV concede al noble trujillano Diego de Orellana el lugar de Cañamero por algunas “maneras y tratos” que tuvo en favor del rey. Este enajenamiento hizo que la aldea perdiera  por unos años su condición de”realengo.”

En el año 1458 

Diego de Orellana reconstruye el castillo y se dedica aprovechando este refugio a asaltar a los abastecedores,  ganados y peregrinos del Monasterio de Guadalupe.

En el año 1461

el rey Enrique IV ordena al Concejo de Trujillo que derriben el castillo de Cañamero y que “no se construya nunca más en dicha peña, ni torre ni castillo ni otra casa fuerte ni edificio alguno”so pena de demoler todo lo que allí se “labrare o edificare”.

En el año 1484

se deslinda y amojona el Éjido de Cañamero separándolo de la heredad de Valdepalacios. Cañamero cuenta ya con unos 400 vecinos, siendo junto con Logrosán, Berzocana y Garciaz, uno de los pueblos más grandes del término de Trujillo.

En el año 1485

el rey Fernando el Católico escribe al Concejo de Trujillo pidiendo 250 peones para la guerra contra los moros granadinos. En Cañamero se reclutan 36 mozos, que serán los primeros “quintos” de nuestra historia.
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En el año 1486

salen de nuevo de Cañamero 170 peones y un hidalgo, con lanza y su caballo, para la conquista del reino moro de Granada. Puede afirmarse que todos los hombres útiles del pueblo se fueron a la guerra.

En el año 1490

Cañamero entra en litigio con Logrosan por la posesión de la dehesa del Aguijoncillo.

En el año 1492

se realiza el deslinde y amojonamiento entre los Éjidos de Berzocana y Cañamero. Una copia del documento se guarda en nuestro Ayuntamiento.

En el año 1517

comienza la emigración de cañameranos a las Indias Occidentales. En los años siguientes 9 emigrantes obtienen licencia antes de embarcar en Sevilla.

En el año 1520

el conquistador Juan García de Cañamero pasa a la conquista de Méjico con el capitán  Pánfilo de Narváez.

En el año 1538

el pueblo de Cañamero  se separa de la jurisdicción de Trujillo pagando 6000 ducados al rey Carlos I de España, recolectados entre todos sus 450 vecinos. La antigua aldea del Vacianchas es declarada  “Villa exenta, con jurisdicción civil y criminal propias”, con facultad de tener cárcel, cadenas, horca, rollo y picota.

En el año 1585

el bachiller cañamerano D. Andrés Sánchez Gamino deja una renta de 50.000 maravedíes para becar a estudiantes pobres, parientes suyos de Cañamero, que cursen estudios en la Universidad de Salamanca. Cada estudiante recibía 400 reales para cada curso.

En  los años 1590 -1640,

Cañamero vive una etapa de prosperidad, alcanzando más de 800 habitantes. Tiene siete ermitas (Los Mártires, San Miguel, San Juan, San Bartolomé, Santa Ana, Santa Teresa y Nuestra Señora de Belén),   tres hospitales para pobres, un pósito o alhondiga y once cofradías. Tres barrios se unen para conformar el núcleo urbano: Aldea Vieja, Carreteros y Barrio Nuevo.

En el año 1635

muere en el Lago de Como, Estado de Milán, el alférez de los tercios de Italia  D. Andrés Sánchez Gamino, cañamerano que cursó estudios en la Universidad de Salamanca gracias a la beca  instituida por su tío de igual nombre.

En el año 1646

D. Pedro de Saavedra, natural de Cañamero y Arcipreste de la Catedral de Ávila, funda un patronato en la ermita de Santa Teresa en la calle real, repartiendo ocho fanegas de trigo en pan amasado a los pobres el día de la Santa.

En los años 1700-1850

el pueblo pasa por su época de mayor decadencia según se deduce del análisis de los datos suministrados por los libros del archivo parroquial hoy desaparecidos.

En el año 1757

se reunieron “con el secreto y decencia posible” seis presbíteros de nuestra parroquia  para “reformar, disponer la ropa y retocar” la imagen de la Virgen de Belén. Talla gótica de mediados del siglo XV que desde entonces tiene el cuerpo mutilado: lleno de agujeros dejados por  los clavos y cortado el brazo derecho desde el hombro (al Infante  le falta el diestro y la mano izquierda) para poderla vestir.

En el año 1845

Cañamero tenia  1698 almas, 260 casas, con calles malas y sucias, una casa-ayuntamiento sin uso, una escuela con 50 niños, una fuente con caño (el “chorro gordo”), diez molinos, dos almazaras, cuatro ermitas, iglesia parroquial y un reducido cementerio situado cerca del barrio de Carreteros.

 En el año 1895

comienza a construirse la carretera (sin asfalto) de Logrosan a Guadalupe pasando por la parte alta del pueblo de Cañamero. Se destruye la ermita de San Miguel creándose en su lugar una plaza donde confluyen los caminos que van a Berzocana, Guadalupe, Alía y Logrosan.

En el año 1898

comienzan las obras del nuevo Ayuntamiento en una cerca regada por el “chorro gordo”. El erudito cañamerano D Federico Cuadrado en un escrito de 1899 nos manifiesta que: “las casas consistoriales no caben en Cañamero ni Cañamero cabe en ellas”, y añade, “costaron 13.000 duros y pueden valer 5.000”, los cuales se obtuvieron  con la venta de parcelas en la dehesa boyal.

En el año 1918

mueren alrededor de 200 cañameranos, principalmente niños, como consecuencia de la terrible epidemia de gripe. Con los dedos de una mano podían contarse veinte años mas tarde los quintos de ese reemplazo.

En los años 1923-1925,

el maestro-alcalde D. Pablo García Garrido y el juez D. Felipe Rodríguez Peloche “hicieron en dos años más obras que sus antecesores en todo el siglo”, dando a los vecinos de Cañamero fuentes, escuelas, caminos y una Colonia Agrícola de más de 2.222 hectáreas a cargo de 448 colonos.

En los años 1927-1930

comienzan las primeras obras del inacabado ferrocarril Talavera de la Reina- Villanueva de la Serena.

En el año 1957

comienzan los trabajos de "La Vía".

En los años 1960-1965

se reanudan las obras del ferrocarril y se acentúa la emigración masiva de cañameranos hacía los países industrializados de Europa.

En el año 1972

se construye la Casa- Cuartel  de la Guardia Civil en terrenos donados por D. Antonio Ávila Guerrero al Ayuntamiento de Cañamero.

En el año 1985- 86

se construye la presa del Cancho del Fresno de 57m. de altura,con un volumen de embalse de 15 Hm3. y con la que se pueden poner en regadío unas ochocientas hectáreas en las vegas del Ruecas y del Cuvilar.

Enlaces:

La Inquisición en Cañamero