|
Berzocana - Logrosán - Cañamero - Berzocana..
Línea Azul
Distancia:
40 kilómetros.
Tiempo Medio:
60 minutos sin paradas.
Dificultad:
Baja
Las estrechas carreteras se convierten en una oportunidad única para acercarte a la natureza tan presente en estos lugares. Esta ruta te permite conocer las diferencias tan acusadas entre las vertientes.
Camino de Logrosan vamos faldeando pequeños montes procurando no perder altura. Tras dar la vuelta al Cogorro entramos en el valle de la Nava, cuyo curso no perderemos de vista prácticamente hasta su nacimiento.
Según recorremos kilómetros, la encina deja paso a robles y castaños. En las Cañadas se encuentran muchos caminos antiguos y el valle presenta una estampa única.
Los robles cierran la carretera a modo de tunel y pronto llegamos a la zona de los cerezos. Hay miles de ellos copando amplias zonas en la cara norte de las montañas mas altas que que nos separan del Guadiana.
El paisaje cambia mucho según la estación del año. Cualquier momento es bueno, pero la primavera y el otoño son realmente espectaculares en estos bosque de robles y castaños. La alegría de los arroyos y fuentes corriendo y todo sembrado de flores o setas .
Pero siempre está la alegría del verde, en verano en las hojas de los bosques y en invierno en la hierva del suelo. La vida rezuma por todas partes. Ganaderías de cabras, ovejas o vacas; aves grandes o chicas; zorros, tejones...
Al avistar el collado vemos como todo cambia tan rápidamente como desciende la carretera.
En días despejados se pueden avistar mas allá de las últimas montañas de Extremadura. El cerro de San Cristóbal de Logrosan presenta una silueta esbelta con la población a sus pies.
Al descender, pasamos por un lugar excepcionalmente húmedo como demuestra la presencia de robles en tan baja altitud.
Antes de llegar al pueblo, pasamos cerca de la antigua Estación del Tren reconvertida en Camino Natura. Luego la torre de un pozo minero.
Logrosán es el centro adminstrativo y comercial de la comarca de las Villuercas Ibores y Jara. El pueblo nos presenta casas de un importante tamaño medio. Hay algunas mas señoriales de mayor envergadura. Construidas con granito de la sierra principalmente. Dinteles de granito en las puertas, bóvedas de ladrillo en los techos conformando estructuras sumamente sólidas.
La iglesia es de las mas antiguas, románica en una mitad y gótico-renacentista en la otra. Lo mejor de los dos estilos. Recomendable un paseo por el parque del Arcornocal o a la Ermita del Consuelo. También algo de senderismo subiendo la Sierra de San Cristóbal; al antiguo castillo o los restos de los mineros de todos los tiempos.
Hasta la villa de Cañamero, una sucesión de tierras adehesadas. El cambio de término se aprecia también en el del uso del suelo, pasando a ser explotaciones agrícolas de olivos y viñas.
Cañamero se sitúa al borde de los sistemas de riscos de cuarcita que conforman el corazón de las Viluercas. Una parte de sus tierras está sierras afuera, y otra se adentra en lo intrincado de las sierras. Es el pueblo del vino, así que podremos degustar algún caldo local de buen gusto y aroma.
Se recomienda la subida por la carretera del puerto viejo. Una estrecha vía que ofrece vistas y experiencias sin igual.
No hay muchos lugares donde en apenas 7 kilómetros puedas sentir tan cerca la vida que se desarrolla en las montañas. Desde abajo hasta las cumbres, de los arroyos a las piedras. Alisos, encinas, alcornoques, robles, castaños, cerezos, olivos...
A medida que subimos y se abre el horizonte los sentidos afinan sus capacidades y muchas veces casi contenemos el aire para poder asimilar todo lo que nos llena.
En el puerto una rotonda distribuye la vías, nosotros bajaremos a Berzocana, prácticamente sin atisbar la población hasta que estemos encima mismo.
La fuente de la Teja permite echar un trago de buen agua corriente, mas abajo, el Risquillo y sus pinturas rupestres. Están a diez minutos de la carretera, por una vereda entre castaños primero, luego jaras, brezos y robles flanquearán nuestro paso hasta que lleguemos al risco.
Luego las Gargantas del Mellao y del Pero, con aires casi galáicos nos pondran de nuevo en Berzocana en un suave y placentero descenso.