La Fiesta a sus Santos es el anteúltimo Domingo de Agosto
Durante la semana que antecede a las fiestas y exactamente el Domingo, el martes, el jueves y el sábado. Si no había toro en la puerta de la casa del Mayordomo, al caer el sol, se cantan las Coplas de los Santos que datan de tiempo inmemorial y que fueron recopiladas por primera vez en el siglo pasado por el oficial del ejército Lorenzo Sánchez González.
El acto es presidido por el Párroco y el Mayordomo. Reunidos en la puerta, y con la venia del párroco, cuatro mujeres cantan todas las coplas, tienen para ello un cuaderno en el que están escritas y se hacen acompañar de dos panderos cuadrados de cuero.
El Domingo grande se empieza con una misa solemne en la iglesia parroquial donde, frente al Altar mayor, se ha preparado un altar especial en el que se colocan las Reliquias de los santos venerados en la artística arqueta ya citada y cubierto todo ello por un precioso baldaquino o dosel de seda de color encarnado.
Antes de la misa tiene lugar la Solemne procesión. Abre la procesión una cruz y un pendón de la cofradía, tras los que van en dos andas las imágenes de Santa Florentina llevadas por mujeres y la de San Fulgencio llevada por hombres, turnándose entre todos los habitantes de la villa, detrás va la arqueta de las reliquias sobre andas; y los dos relicarios de plata sobredorada donde van los cráneos y el peine de Santa Florentina; en otro estuche, el velo de la misma. Tras recorrer las principales calles del pueblo, la procesión retorna a la iglesia, y ante la puerta de la misma, se puja por el derecho de introducir las reliquias en el edificio.
La misa suele ser de diácono, dándose a venerar las reliquias al terminar, siendo costumbre "ir a tocar" las reliquias con medallas, rosarios, pan ázimo e incluso pan normal que, según dice la tradición nunca descompondrá.
Al terminar los Oficios, un sacerdote con roquete y acompañado de dos cofrades que portan bastones como insignias de su cargo llevan una reliquia y recorren las casas de los enfermos que no han podido desplazarse y han avisado para dársela a besar éstos entregan luego una limosna a los cofrades
Sobre las cinco de la tarde tiene lugar en acto llamado comúnmente "El Ramo": en la casa del mayordomo se ha recubierto con hiedra un palo de unos dos metros y medio que en su parte inferior tiene otro atravesado más pequeño y otros para colgar arriba abajo para facilitar su transporte. Sobre este revestimiento vegetal y adornado con cintas van colgadas uvas, palomas, roscas de pan mientras en la parte superior va una vela encendida. Todo ello en representación de los obsequios y ex-votos que el pueblo ofrenda a sus Santos.
A la hora de "el ramo" salen con él la Cofradía seguida del pueblo en dirección a la iglesia cantando las Coplas de los Santos. Ya en el interior se dan vueltas perimetrálmente a la nave central de la iglesia mientras tiene lugar el acto de "ir a cogerse" al Ramo.
Esto consiste en que dos cofrades portan verticalmente "el ramo" y mientras avanza por el interior de la iglesia las familias van a cogerse a él y asidos a las hojas de hiedra le acompañan en un recorrido de unos quince metros. Hace alto el portador y uno de los cofrades dice en voz alta "Otro devoto y devota", entonces el cabeza de familia entrega al cofrade la limosna que desee la cual es guardada en una cesta que porta un cofrade y la ceremonia continúa hasta que no quede nadie en el interior de la iglesia que no haya ido a tocarse.
Mientras esto sucede, en el coro se cantan vísperas y en el presbiterio otro sacerdote da a besar las reliquias. Posteriormente se acaba la novena que en honor de los Santos se ha venido realizando y por último las reliquias vuelven a su lugar en la parte alta de la Capilla de los Santos donde están guardadas con cerraduras de dos llaves diferentes.
Al atardecer, en la Plaza Mayor, tiene lugar la parte más festiva de las fiestas, el Ofertorio o como por degeneración vocal se le suele llamar, el "Ofretorio". Consiste en una suerte de rifa, presidida por las autoridades, donde se sortean las ofrendas que adornan El Ramo, mas otras ofrendas que hayan hecho los vecinos a los Santos.
Los cofrades ofrecen los productos uno por uno y los asistentes pujan para conseguirlos: suelen tener mas valor las ofrendas que han ido colgadas del Ramo.
Antiguamente se nombraban madrinas a tres mozas de la localidad que lucen el traje típico de la región con el que iniciarán posteriormente el baile. También se designan tres padrinos, que irán sacando a bailar a las mozas que están viendo el Ofertorio de una original manera: los padrinos llevan cada uno un tenedor levantado en alto con una manzana prendida en cuyo interior hay una moneda de plata, de esta guisa invitan a las mozas a bailar los bailes típicos de la comarca, generalmente jotas extremeñas a los sones de un acordeón. En la actualidad la tradición del baile se mantiene por los jóvenes fundamentalmente.
Una de las ofrendas más cotizadas son el postre conocido como Rosca de Candelillas bastante similar en composición al turrón de Alicante y los buñuelillos. Pero sobre todo destacan los Rabos de Calabaza.
Terminado el Ofertorio la cofradía invita a las autoridades presentes a un vaso de vino y después de verificar los ingresos obtenidos dan por finalizada la fiesta religiosa.
Al día siguiente continúan los festejos profanos que suelen estar presididos por una capea de becerros donde se acostumbraba a colocar dos maniquíes para engañar a los bravos, aunque no faltan los fuegos de artificio las diversiones mecánicas y las orquestas de música.
Letra y Música de las Coplas del Ramo
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